Todas las líneas de negocio evolucionaron positivamente a lo largo del ejercicio, a pesar de que el entorno en el que desarrollaron su actividad fue complicado y en todo caso peor de lo esperado. Los tipos de interés siguieron en tasas muy bajas o negativas, comprimiendo los márgenes, y al mismo tiempo los mercados de valores evolucionaron de manera desfavorable, afectando al negocio de gestión de activos. El escenario macroeconómico también se deterioró, por la creciente inestabilidad política (Brexit, Italia, Alemania), la pérdida de tracción de las principales economías europeas y las tensiones comerciales.
Pese a este clima general de desconfianza e incertidumbre, los resultados del ejercicio evidenciaron que el modelo estratégico funciona. Las líneas de negocio tradicionales, como Banca de Empresas y Banca Comercial, mantuvieron tasas de crecimiento moderadas y estables (en el entorno del 5%), mientras que las menos maduras registraron incrementos de los ingresos muy significativos (en Consumer Finance, por ejemplo, aumentaron en un 32%), de tal forma que éstas van aumentando su peso paulatinamente en el conjunto de la entidad y reequilibrando su composición.
La orientación al negocio recurrente dio asimismo sus frutos. Tanto el margen de clientes como su peso en el conjunto de la actividad de la entidad evolucionaron positivamente durante 2018. Estos excelentes resultados se apoyaron en una buena gestión de los volúmenes (basada en una activa gestión comercial) y también de los precios, que aunque bajaron por la presión de la competencia lo hicieron menos de lo previsto. La aportación de los procesos de transformación digital fue también decisiva para la mejora de resultados, tanto en Banca de Empresas como de Particulares.
Al mismo tiempo, los costes se mantuvieron contenidos en líneas generales, si bien se registraron mayores aumentos en la actividad aseguradora y en Consumer Finance, que por sus propias características requieren inversiones relevantes en captación de clientes y marketing para seguir creciendo.
Otros rasgos del ejercicio fueron los siguientes:
Las expectativas sobre el futuro inmediato siguen marcadas por la incertidumbre. Los problemas del escenario macroeconómico (tensiones comerciales, pérdida de dinamismo de la economía, Brexit) no tienen visos de resolverse a corto plazo. Los mercados de valores son también una incógnita, si bien cabe confiar en una cierta reacción positiva tras las fuertes caídas de 2018. Respecto al precio del dinero, es previsible que el tipo del euríbor tienda a evolucionar ligeramente al alza hasta situarse cerca del 0%, pero dada la desaceleración de la economía europea no se esperan para 2019 subidas de los tipos oficiales del Banco Central Europeo.
Mención aparte merece la materialización de la adquisición de la actividad bancaria de EVO Banco en España y de Avantcard, su filial de crédito al consumo en Irlanda, que previsiblemente se concretará en el primer cuatrimestre de este año. La operación tiene alcance estratégico. En el caso del negocio bancario de EVO Banco en España, que está muy centrado en el cliente digital, su integración ayudará a Bankinter a mejorar su posición en el segmento de público joven y con un perfil de autoservicio, que se siente atraído por el modelo de las empresas fintech. Por lo que respecta a Avantcard, su compra complementará la oferta de Consumer Finance y reforzará la diversificación geográfica de la entidad.
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